Dr. Juan Pablo Álvarez
Encontrar un objeto en el oído, ya sea en un niño o en un adulto, puede generar pánico. Sin embargo, la mayoría de las lesiones auditivas no provienen del objeto en sí, sino de intentos incorrectos de extracción. La anatomía del oído es delicada: el canal auditivo es estrecho y termina en una membrana timpánica muy sensible. Manipularlo sin conocimiento puede causar dolor, infecciones, sangrado e incluso pérdida auditiva. Saber cómo actuar con calma y buscar ayuda médica oportuna es fundamental para evitar complicaciones graves.
Los cuerpos extraños en el oído son una urgencia común en consultorios de otorrinolaringología. Su frecuencia es mayor en niños pequeños, quienes suelen introducir objetos por curiosidad, pero también ocurre en adultos debido a accidentes, uso incorrecto de hisopos o ingreso de insectos. Conocer los tipos de objetos que más suelen encontrarse y las recomendaciones de seguridad puede marcar la diferencia entre una resolución sencilla y una lesión permanente.

Identificación de objetos en el conducto auditivo
La identificación temprana del problema es clave. Un objeto dentro del oído puede ser evidente cuando está visible en el canal externo, pero en otros casos los síntomas son la única señal. Entre los más comunes se encuentran sensación de oído tapado, dolor, picazón, zumbido, sangrado, secreción e incluso disminución de la audición. Los niños pequeños, al no poder describir lo que sienten, pueden mostrar irritabilidad, tocarse el oído o llorar persistentemente. En adultos, el hallazgo puede ser accidental, especialmente cuando se trata de fragmentos de algodón de hisopos o restos de audífonos.
Reconocer los síntomas sin intentar extraer el objeto por cuenta propia es esencial para evitar complicaciones. La exploración médica con un otoscopio permitirá identificar con precisión la ubicación, tamaño y tipo de objeto para planificar una extracción segura.
Tipos frecuentes de cuerpos extraños
Los objetos que con mayor frecuencia se alojan en el canal auditivo incluyen:
- Pequeños juguetes y piezas plásticas: Comunes en niños que introducen cuentas, botones o partes de juguetes.
- Perlas y pendientes: Su tamaño pequeño y superficie lisa los hace propensos a quedar atascados.
- Semillas y alimentos: Como frijoles, maíz o lentejas, que pueden hincharse con la humedad y dificultar su extracción.
- Insectos: Mosquitos, cucarachas pequeñas o hormigas que pueden ingresar accidentalmente y causar molestias extremas.
- Fragmentos de algodón: Restos de hisopos que quedan atrapados tras limpiezas inadecuadas.
- Trozos de papel o gomaespuma: Insertados accidentalmente o como parte de tapones improvisados.
Cada tipo de objeto requiere un manejo específico, ya que algunos son resbaladizos, otros absorben humedad y se expanden, y los insectos pueden moverse y generar daño mecánico.
Qué no hacer ante un objeto en el oído
El error más común es intentar sacar el objeto con instrumentos improvisados. Estas acciones, aunque bien intencionadas, aumentan el riesgo de complicaciones:
- No introducir hisopos, pinzas, clips ni otros objetos, ya que empujan el cuerpo extraño más profundo.
- No verter líquidos sin indicación médica; algunos objetos como semillas se expanden al absorber agua, complicando la extracción.
- No usar velas para oídos ni técnicas caseras que no cuentan con respaldo científico.
- No soplar aire a presión ni introducir objetos punzantes que puedan perforar el tímpano.
- No intentar extraer insectos vivos sin técnica adecuada; su movimiento puede dañar el canal auditivo.
La regla básica es mantener la calma, inmovilizar al paciente si es un niño y buscar ayuda médica especializada lo antes posible.
Qué hacer de forma segura
Ante la sospecha de un objeto en el oído, lo más recomendable es:
- Mantener la calma y tranquilizar al paciente, especialmente si es un niño.
- Evitar manipular el canal auditivo.
- Si el objeto es un insecto, inclinar la cabeza afectada hacia arriba y colocar suavemente unas gotas de aceite mineral o de bebé para inmovilizarlo antes de acudir al médico.
- Buscar atención médica en un consultorio u hospital; un otorrinolaringólogo cuenta con herramientas específicas como pinzas, ganchos, succión y lavado ótico seguro.
- En caso de dolor intenso, sangrado o secreción, acudir inmediatamente a urgencias.
Cómo se realiza la extracción profesional
Los especialistas utilizan técnicas específicas según el tipo de cuerpo extraño y su ubicación:
- Pinzas y fórceps finos: Para objetos firmemente sujetos o cercanos a la entrada del canal.
- Ganchos de extracción: Para piezas lisas o redondas que resbalan con facilidad.
- Lavado ótico controlado: Con agua tibia para objetos no absorbentes ni expansibles.
- Aspiración o microsucción: Técnica precisa que evita empujar el objeto y reduce el riesgo de lesiones.
- Instrumental bajo microscopio: Para casos complejos o con riesgo de perforación timpánica.
El procedimiento es rápido, generalmente indoloro y se realiza en consulta externa. En niños pequeños inquietos puede requerirse sedación ligera para evitar movimientos bruscos.

Posibles complicaciones
Intentar extraer un objeto sin preparación adecuada puede ocasionar complicaciones importantes:
- Lesiones en el canal auditivo: Cortes, sangrado y dolor intenso.
- Perforación del tímpano: Daño severo que puede provocar pérdida auditiva temporal o permanente.
- Otitis externa: Infección del canal por irritación y manipulación repetida.
- Otitis media: Si el objeto genera inflamación o perfora la membrana timpánica.
- Retención prolongada: Los objetos orgánicos pueden descomponerse, causar infección y mal olor.
Por eso, la extracción profesional es el único método seguro para garantizar una resolución sin secuelas.
Cuándo acudir de inmediato a urgencias
Existen situaciones que requieren atención médica inmediata:
- Dolor intenso y persistente.
- Sangrado o secreción purulenta del oído.
- Sospecha de perforación timpánica.
- Fiebre y signos de infección.
- Cuerpo extraño incrustado en profundidad.
- Niños pequeños con síntomas de irritabilidad extrema.
Retrasar la atención puede complicar el tratamiento y aumentar el riesgo de pérdida auditiva.
Prevención: cómo evitar que ocurran
Prevenir la introducción de cuerpos extraños es clave, especialmente en niños:
- Supervisar el juego y mantener fuera de su alcance objetos pequeños como cuentas, pilas de botón y piezas sueltas.
- Enseñar a los niños desde temprana edad a no introducir objetos en sus oídos.
- Evitar limpiar el oído con hisopos; el canal auditivo tiene un sistema natural de limpieza.
- Usar tapones auditivos adecuados para actividades como natación o trabajos con polvo.
- Acudir a revisiones periódicas con un otorrinolaringólogo para mantener la salud auditiva.
Consejos para padres y cuidadores
Los niños son los más propensos a estos accidentes por curiosidad y exploración. Es fundamental que los padres mantengan la calma, no regañen al niño y busquen ayuda médica sin demoras. Explicarles con palabras simples lo que ocurre ayuda a reducir su miedo y facilita el tratamiento. Convertir el episodio en una experiencia de aprendizaje refuerza la prevención.
Los objetos en el conducto auditivo son más comunes de lo que se piensa y pueden presentarse en personas de cualquier edad. La clave para evitar daños es mantener la calma, no intentar técnicas caseras y acudir a un especialista. La mayoría de las lesiones graves provienen de intentos incorrectos de extracción, no del objeto en sí. Con las herramientas y conocimientos adecuados, la extracción es rápida, segura y sin secuelas. Promover la prevención y acudir a revisiones periódicas con un otorrinolaringólogo es la mejor manera de cuidar la salud auditiva y prevenir complicaciones.
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