Dr. Juan Pablo Álvarez
El vértigo es una de las consultas más frecuentes en otorrinolaringología y neurología. Más del 50% de la población ha experimentado en algún momento la sensación de que todo gira a su alrededor o de que el cuerpo pierde el equilibrio. Esta percepción de movimiento, que puede ser rotatoria o de oscilación, suele provocar miedo, inestabilidad y limitaciones en la vida diaria.
Aunque muchas personas creen que el vértigo es una enfermedad en sí misma, en realidad es un síntoma que puede tener múltiples causas. Identificar su origen es clave para indicar el tratamiento adecuado y, en la mayoría de los casos, lograr la mejoría completa o el control a largo plazo de los episodios.

Qué es el vértigo
El vértigo es una sensación ilusoria de movimiento que puede percibirse como giro del entorno o del propio cuerpo. A menudo se acompaña de náuseas, vómitos, sudoración, pérdida del equilibrio, nistagmo (movimientos involuntarios de los ojos) e incluso ansiedad.
Existen dos grandes grupos de vértigo:
- Vértigo periférico: Tiene su origen en el oído interno y el sistema vestibular, responsable del equilibrio. Es el tipo más frecuente y suele ser benigno.
- Vértigo central: Se origina en el sistema nervioso central (tronco cerebral o cerebelo) y requiere atención inmediata, ya que puede estar relacionado con causas neurológicas graves como accidentes cerebrovasculares o tumores.
Diferenciar entre ambos tipos es esencial, ya que el manejo y el pronóstico son distintos.
Causas frecuentes de vértigo periférico
El vértigo de origen periférico es el más común y puede presentarse como crisis únicas o recurrentes:
Crisis única
- Neuritis vestibular: Inflamación del nervio vestibular que causa vértigo intenso, náuseas y vómitos, sin pérdida de audición.
- Laberintitis: Inflamación del laberinto del oído interno, que además del vértigo provoca hipoacusia (pérdida de audición) y tinnitus (zumbido).
Crisis recurrentes con hipoacusia
- Enfermedad de Ménière: Episodios de vértigo asociados a hipoacusia fluctuante, tinnitus y sensación de presión en el oído.
- Fístula perilinfática: Comunicación anormal entre oído interno y oído medio que permite la fuga de líquido perilinfático.
- Enfermedad autoinmune del oído interno: Inflamación progresiva que daña la audición y genera vértigo recurrente.
Crisis recurrentes sin hipoacusia
- Vértigo posicional paroxístico benigno (VPPB): Causa más frecuente de vértigo, desencadenada por movimientos de la cabeza; se produce por el desplazamiento de pequeños cristales de carbonato de calcio (otoconias) en los canales semicirculares.
- Migraña vestibular: Crisis de vértigo asociadas a migrañas, con o sin dolor de cabeza.
- Vértigo recurrente benigno y paroxismia vestibular: Alteraciones menos comunes, pero que deben considerarse en pacientes con síntomas repetitivos.
Diagnóstico
El diagnóstico del vértigo requiere una evaluación minuciosa. El especialista en otorrinolaringología o neurología realizará:
- Historia clínica detallada (inicio, duración y factores desencadenantes).
- Exploración física y neurológica.
- Pruebas específicas como la maniobra de Dix-Hallpike para detectar VPPB.
- Estudios de audición (audiometría, timpanometría).
- Videonistagmografía o pruebas vestibulares.
- Resonancia magnética en casos donde se sospecha vértigo de origen central.
Identificar la causa exacta es el primer paso para indicar un tratamiento efectivo.
Tratamiento del vértigo
La buena noticia es que más del 50% de los casos de vértigo se curan o mejoran significativamente con un abordaje adecuado. Las opciones de tratamiento incluyen:
Tratamiento médico
- Antivertiginosos (betahistina, sulpirida).
- Antieméticos para controlar náuseas y vómitos.
- Corticoides en casos de neuritis vestibular o enfermedad autoinmune.
- Diuréticos y dieta baja en sal en enfermedad de Ménière.
Rehabilitación vestibular
Es un conjunto de ejercicios diseñados para estimular el sistema vestibular y favorecer la compensación del equilibrio. Incluye movimientos de cabeza, ejercicios de habituación y maniobras específicas para el VPPB (como la maniobra de Epley), que pueden resolver los síntomas en una o dos sesiones.
Cambios en el estilo de vida
- Evitar alcohol, tabaco y exceso de cafeína.
- Dormir adecuadamente.
- Reducir el estrés y la ansiedad, ya que pueden intensificar los síntomas.
Cirugía
Se reserva para casos muy específicos, como fístulas perilinfáticas persistentes o enfermedad de Ménière intratable.
Control emocional y calidad de vida
El vértigo puede generar miedo a nuevas crisis y provocar que las personas eviten actividades cotidianas, lo que limita su vida social y profesional. El acompañamiento psicológico y el control emocional son herramientas importantes para reducir la ansiedad y mejorar la recuperación. Técnicas de relajación, meditación y terapia cognitivo-conductual pueden ayudar a que el paciente recupere seguridad y confianza.
Pronóstico: ¿Se cura el vértigo?
La mayoría de los vértigos periféricos tienen un pronóstico favorable. Con tratamiento médico, rehabilitación vestibular y cambios en el estilo de vida, los pacientes suelen experimentar una recuperación completa o una reducción significativa de los episodios. Incluso en casos crónicos, el vértigo puede controlarse para que deje de ser un problema incapacitante.
El vértigo central, en cambio, depende de la causa subyacente y requiere tratamiento neurológico especializado. La detección temprana es fundamental para evitar complicaciones graves.
Prevención de nuevos episodios
Algunos consejos para reducir el riesgo de vértigo recurrente son:
- Evitar movimientos bruscos de cabeza.
- Mantener una buena hidratación.
- Tratar a tiempo infecciones de oído y problemas de equilibrio.
- Realizar chequeos periódicos con el otorrinolaringólogo si hay antecedentes de vértigo.
- Seguir las recomendaciones de rehabilitación vestibular de forma constante.
El vértigo no es una sentencia permanente. Con diagnóstico oportuno, tratamiento médico adecuado, ejercicios de rehabilitación vestibular y manejo emocional, es posible mejorar la calidad de vida y en muchos casos eliminar por completo los síntomas. Más del 50% de los pacientes logra una recuperación satisfactoria, lo que demuestra que acudir al especialista y seguir las recomendaciones es la mejor estrategia para volver a una vida normal y activa.
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