Dr. Juan Pablo Álvarez
Respirar bien es fundamental para la salud y la calidad de vida. Sin embargo, algunas alteraciones estructurales de la nariz pueden comprometer esta función. Una de ellas es la perforación del tabique nasal, también conocida como perforación septal, una condición que consiste en la aparición de un orificio anormal entre las dos fosas nasales.
Aunque no siempre produce síntomas graves, puede causar molestias significativas, dificultad respiratoria o sangrados recurrentes.

En este artículo exploraremos qué es una perforación septal, por qué ocurre, cómo se diagnostica y cuáles son los tratamientos más eficaces disponibles en la actualidad.
¿Qué es el tabique nasal y por qué puede perforarse?
El tabique nasal es la estructura que separa las dos fosas nasales. Está formado por una parte ósea (posterior) y otra cartilaginosa (anterior), recubiertas por mucosa. Su función principal es dirigir el flujo del aire y sostener la forma de la nariz.
Una perforación del tabique nasal ocurre cuando esta pared presenta un orificio anormal que comunica ambas fosas. El tamaño de la perforación puede variar desde unos pocos milímetros hasta varios centímetros, y su ubicación también influye en los síntomas: las perforaciones anteriores suelen ser más sintomáticas que las posteriores.
Causas de la perforación del tabique nasal
Las causas de una perforación septal pueden ser múltiples. Las más comunes incluyen:
1. Cirugías nasales previas
La septoplastia (cirugía para corregir el tabique desviado) es una de las principales causas, especialmente si durante el procedimiento se daña la mucosa de ambos lados del tabique, impidiendo su adecuada cicatrización.
2. Traumatismos
Golpes directos en la nariz, caídas o accidentes pueden provocar necrosis (muerte del tejido) y, posteriormente, una perforación.
3. Uso excesivo de descongestionantes o drogas nasales
El uso prolongado de aerosoles nasales con corticoides o vasoconstrictores, así como el consumo de drogas inhaladas como la cocaína, pueden irritar la mucosa y deteriorarla hasta formar un orificio.
4. Infecciones y enfermedades inflamatorias
Ciertas infecciones bacterianas o enfermedades autoinmunes, como la granulomatosis con poliangitis (antes llamada granulomatosis de Wegener), pueden dañar el tabique nasal desde el interior.
5. Exposición a sustancias químicas
La exposición prolongada a vapores industriales o químicos irritantes puede generar inflamación crónica y, eventualmente, perforación.
6. Causas idiopáticas
En algunos casos, no se encuentra una causa específica. Se denominan perforaciones idiopáticas y representan un pequeño porcentaje.
Síntomas de la perforación del tabique nasal
Los síntomas dependen del tamaño y la localización del orificio. Algunas personas pueden no notar ninguna molestia, mientras que otras presentan síntomas persistentes:
- Obstrucción nasal o dificultad para respirar.
- Sangrados nasales frecuentes (epistaxis).
- Costras y sequedad nasal constante.
- Ruido o silbido al respirar.
- Dolor o irritación nasal.
- Deformidad estética (hundimiento del dorso nasal) en perforaciones grandes.
La resequedad y las costras se deben a que el aire pasa de un lado al otro de la nariz, alterando el flujo natural y provocando irritación de la mucosa.
Diagnóstico de la perforación septal
El diagnóstico es relativamente sencillo y se realiza mediante una exploración nasal directa o endoscopia, donde el especialista puede visualizar el tamaño, la ubicación y las características de la perforación.
En algunos casos, se solicitan pruebas complementarias, como:
- Tomografía computarizada (TAC) para valorar estructuras adyacentes.
- Análisis microbiológicos o biopsia, si se sospecha infección o enfermedad autoinmune.
El diagnóstico temprano permite establecer un tratamiento más efectivo y evitar que la perforación aumente de tamaño.
Tratamientos para la perforación del tabique nasal
El tratamiento dependerá del tamaño del orificio, la presencia de síntomas y la causa subyacente.
Tratamiento conservador
Indicado en perforaciones pequeñas o asintomáticas. Su objetivo es aliviar los síntomas y evitar complicaciones:
- Hidratación nasal frecuente con suero fisiológico o soluciones salinas.
- Ungüentos o pomadas nasales para mantener la mucosa húmeda.
- Evitar el uso de descongestionantes o aerosoles irritantes.
- Humidificadores ambientales para mejorar la respiración nocturna.
Prótesis septales (botones o tapones)
En perforaciones de tamaño moderado, puede colocarse una prótesis de silicona o material biocompatible que ocluye el orificio y mejora la respiración. Este dispositivo no cura la perforación, pero alivia los síntomas y evita el paso de aire entre las fosas.
Cirugía de cierre del tabique
En perforaciones mayores o cuando los síntomas son severos, se recomienda la cirugía reconstructiva del tabique nasal.
Existen distintas técnicas quirúrgicas, según el tamaño y la localización de la perforación:
- Injertos de mucosa o cartílago, para cubrir el defecto.
- Colgajos locales, donde se moviliza tejido sano para cerrar el orificio.
- Abordaje endonasal o externo, dependiendo del caso.
El cierre quirúrgico tiene una tasa de éxito superior al 85% cuando se realiza por especialistas en cirugía nasal avanzada.
Recuperación y cuidados postoperatorios
Tras la cirugía, el paciente debe seguir ciertas recomendaciones:
- Evitar sonarse la nariz o hacer esfuerzos físicos durante las primeras semanas.
- Mantener una correcta higiene nasal con sueros salinos.
- No fumar ni exponerse a ambientes secos o contaminados.
- Acudir a las revisiones médicas para controlar la cicatrización.
El tiempo de recuperación varía según la técnica empleada, pero en general, los resultados estéticos y funcionales son muy satisfactorios.
¿Qué pasa si no se trata una perforación septal?
Cuando la perforación no se trata adecuadamente, puede aumentar de tamaño con el tiempo y generar complicaciones como:
- Infecciones crónicas.
- Hemorragias recurrentes.
- Alteraciones estéticas en la nariz.
- Molestias respiratorias persistentes.
Por eso, el seguimiento médico es esencial, incluso si los síntomas parecen leves.
La perforación del tabique nasal es una alteración estructural que puede afectar tanto la función respiratoria como la calidad de vida del paciente. Aunque algunas son pequeñas y no requieren cirugía, otras necesitan un manejo especializado.
El diagnóstico temprano, la identificación de la causa y un tratamiento personalizado —ya sea conservador, con prótesis o quirúrgico— son la clave para mejorar los síntomas y prevenir complicaciones.
Si notas sangrados frecuentes, sequedad o silbidos al respirar, consulta a un otorrinolaringólogo. Solo un especialista puede determinar el tipo de perforación y ofrecerte la mejor opción para recuperar tu bienestar nasal.
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