Dr. Juan Pablo Álvarez
Nuestros oídos son más que simples conductos para escuchar; son portales hacia el mundo que nos rodea. Sin embargo, a menudo los descuidamos y damos por sentado su importancia. En este blog, desvelaremos los secretos del canal auditivo y aprenderemos cómo mantener nuestros oídos en óptimas condiciones.

Composición del Oído
Oído Externo
El oído humano se divide en tres partes principales: el oído externo, el oído medio y el oído interno. Cada una de estas secciones tiene una función crucial en el proceso de audición y el mantenimiento del equilibrio.
- Pabellón Auricular: Es la parte visible del oído, formada por cartílago cubierto de piel. Captura las ondas sonoras y las dirige hacia el canal auditivo.
- Conducto Auditivo Externo: Es un tubo que va desde el pabellón auricular hasta el tímpano. Su función principal es conducir las ondas sonoras hacia el tímpano. También produce cerumen (cera del oído), que ayuda a proteger el oído al atrapar polvo, bacterias y otras partículas.
Oído Medio
- Tímpano: Es una membrana delgada que vibra en respuesta a las ondas sonoras que llegan desde el conducto auditivo. Estas vibraciones se transmiten a los huesos del oído medio.
- Huesos del Oído Medio (Osículos): Son tres pequeños huesos llamados martillo, yunque y estribo. Estos huesos amplifican y transmiten las vibraciones desde el tímpano hacia el oído interno.
- Trompa de Eustaquio: Conecta el oído medio con la parte posterior de la garganta (faringe). Ayuda a igualar la presión en el oído medio con la presión ambiental y drena los fluidos acumulados.
Oído Interno
- Cóclea: Es una estructura en espiral que convierte las vibraciones sonoras en señales nerviosas. Contiene células ciliadas que se mueven con las vibraciones y envían impulsos eléctricos al cerebro a través del nervio auditivo.
- Vestíbulo y Canales Semicirculares: Estos órganos están involucrados en el equilibrio. Detectan la posición de la cabeza y los movimientos, ayudando a mantener el equilibrio y la orientación.
Nuestros oídos son más que simples conductos para escuchar; son portales hacia el mundo que nos rodea. Sin embargo, a menudo los descuidamos y damos por sentado su importancia. En este blog, desvelaremos los secretos del canal auditivo y aprenderemos cómo mantener nuestros oídos en óptimas condiciones.
1. Limpieza Adecuada
¿Cotonetes? ¡No, Gracias!
La tentación de introducir un cotonete en el oído para limpiarlo es real, pero debemos resistirla. Los oídos tienen su propio mecanismo de autolimpieza. El cerumen, esa cera amarillenta, es nuestro aliado, ya que atrapa partículas de polvo y suciedad. Si intentamos eliminarlo con palillos, solo empujaremos el cerumen más adentro, creando un tapón.
Consejo: Limpia solo la parte externa del oído con una toalla suave o un pañuelo. Si sientes que hay un exceso de cerumen, consulta a un profesional. Los especialistas tienen las herramientas y conocimientos necesarios para realizar una limpieza segura y efectiva.

2. Protección en Ambientes Ruidosos
El Ruido Puede Ser Dañino
La exposición prolongada a ruidos fuertes puede dañar las delicadas estructuras del oído interno. Esto incluye conciertos, maquinaria industrial o incluso el volumen alto de tus auriculares. El daño auditivo causado por el ruido es irreversible, por lo que la prevención es esencial.
Consejo: Usa tapones para los oídos en situaciones ruidosas y reduce el tiempo de exposición. Si trabajas en un entorno ruidoso, considera protectores auditivos personalizados que se ajusten a tus necesidades y ofrezcan una protección efectiva.
3. Evita la Humedad Excesiva
El Oído y la Piscina No Siempre Son Amigos
El agua atrapada en el conducto auditivo puede causar infecciones. Las bacterias y hongos prosperan en ambientes húmedos, por lo que es crucial mantener los oídos secos. Seca bien tus oídos después de nadar o ducharte. Inclina la cabeza hacia un lado y usa una toalla suave para absorber el exceso de humedad.
Consejo: Evita introducir objetos pequeños, como hisopos, en el oído para secarlo. Estos objetos pueden empujar el agua más adentro y aumentar el riesgo de infección.
4. Cuidado con los Auriculares
Amor por la Música, Cuidado con el Volumen
Los auriculares son geniales para disfrutar de nuestra música favorita, pero no los uses a todo volumen. El sonido alto puede dañar las células sensoriales del oído, lo que puede llevar a una pérdida auditiva permanente. Opta por auriculares con cancelación de ruido para reducir la necesidad de subir el volumen.
Consejo: Sigue la regla del “60/60”: no más de 60% de volumen durante más de 60 minutos al día. Esta práctica te ayudará a proteger tus oídos mientras disfrutas de tus canciones favoritas.

5. Consulta al Especialista
No Ignorar las Señales
Si experimentas dolor, pérdida de audición, zumbidos o secreción del oído, no lo ignores. Estas pueden ser señales de problemas auditivos que necesitan atención profesional. Consultar a un otorrinolaringólogo te permitirá recibir un diagnóstico adecuado y el tratamiento necesario.
Consejo: Realiza revisiones auditivas periódicas, especialmente si tienes antecedentes familiares de pérdida de audición. La detección temprana de problemas auditivos es clave para prevenir complicaciones y mantener tu salud auditiva en óptimas condiciones.
Recuerda, nuestros oídos merecen atención y cuidado. Siguiendo estos consejos, mantendrás tus canales auditivos felices y saludables. 🌟👂
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