Dr. Juan Pablo Álvarez
Una rinoplastia es una cirugía estética y funcional muy común, cuyo éxito depende tanto del procedimiento quirúrgico como del cuidado posterior. Un protocolo postoperatorio adecuado no solo ayuda a consolidar los resultados, sino también a prevenir efectos secundarios y acelerar la recuperación.
1. Fase inmediata (primeras 24–72 horas)
- Mantén la cabeza elevada: Dormir en posición semisentada con almohadas reduce la inflamación y evita sangrados.
- Aplicación de frío local: Compresas frías (no hielo directo) sobre los pómulos o frente disminuyen la hinchazón y el edema nasal.
- Evita esfuerzo físico: No hacer ejercicios, evitar inclinarse bruscamente o levantar peso para prevenir sangrados.
2. Cuidado de apósitos y férula nasal
- La férula nasal o férula interna se mantiene entre 5 y 7 días para proteger estructuras y mantener forma.
- Evita mojar la férula externa durante el baño; utiliza paños húmedos en la zona facial.
- Revisión con el cirujano al retirar la férula, que evaluará evolución y posibles signos de infección o deformidad.
3. Higiene y limpieza nasal
- Limpieza suave externa, sin frotar la nariz, usando suero fisiológico o solución salina.
- Comienza lavados nasales con suero estéril una vez retirados los tapones o taponamiento interno, para mantener las vías limpias y libres de costras.
- No introducir hisopos u objetos dentro de la nariz para evitar irritación o daño.
4. Control del dolor e inflamación
- Se suelen recetar analgésicos suaves y antiinflamatorios como ibuprofeno; sigue siempre la dosis indicada por el especialista.
- Evita aspirina o anticoagulantes sin indicación médica, ya que aumentan el riesgo de sangrado.
- No fumes ni estés cerca de humo: afecta negativamente la cicatrización y aumenta inflamación.

5. Alimentación e hidratación
- Una dieta rica en proteínas, vitamina C y zinc potencia la curación de tejidos.
- Mantente bien hidratada; esto también facilita la eliminación de inflamación.
- Evita alimentos duros, crujientes o calientes que puedan provocar movimiento facial brusco o dolor.
6. Actividad física progresiva
- Después de una semana, puedes comenzar caminatas suaves; evita ejercicios intensos al menos por 4 a 6 semanas según indicaciones médicas.
- Reanuda la actividad sexual o esfuerzo físico solo tras aprobación médica.
7. Protección dermatológica y solar
- La piel de la nariz estará sensible, por lo que debes protegerla del sol con bloqueador de amplio espectro (SPF > 30) y evitar exposición directa durante los primeros meses.
- Utiliza gafas de sol amplias que no ejerzan presión sobre el dorso nasal, especialmente durante las primeras semanas.
8. Seguimiento médico programado
- Las revisiones al mes, a los tres meses y al año permiten evaluar la evolución del dorso, proporciones y funcionalidad respiratoria.
- Si notas sangrado, fiebre, dolor intenso o asimetría en la forma, acude prontamente.
9. Qué evitar durante la recuperación
- No usar anteojos de montura rígida sobre el puente nasal durante las primeras 6 semanas, para no presionar la zona.
- No fumar: el tabaco retrasa cicatrización y aumenta riesgo de infección.
- Evita baños de vapor intenso o saunas, ya que favorecen hinchazón y dilatación vascular.
10. Resultados esperables y tiempos
- La hinchazón inicial disminuye significativamente a las 2–4 semanas, aunque puede persistir en la punta o base nasal por varios meses.
- Los resultados definitivos pueden apreciarse hasta pasados 6–12 meses, según la piel y técnica quirúrgica.
- La función respiratoria mejora si se corrigieron desviaciones o válvulas durante la intervención; espera gradual en los primeros meses mientras sanan tejidos internos.
Beneficios de un cuidado postoperatorio adecuado
- Minimiza riesgos de complicaciones como infecciones, desviaciones o deformidades.
- Garantiza una recuperación más rápida y menos dolorosa.
- Asegura que el resultado estético sea acorde al plan quirúrgico y a tus expectativas.
- Mejora la funcionalidad respiratoria y tus rutinas diarias al retomar actividad con seguridad.
Los cuidados posteriores a una rinoplastia son tan esenciales como la propia intervención quirúrgica. Siguiendo consejos sobre higiene, actividad, protección solar y revisiones médicas, puedes conseguir un resultado armónico, funcional y duradero. La clave está en la recuperación consciente y el seguimiento responsable con tu cirujano.