Dr. Juan Pablo Álvarez
La sensación de tener la nariz tapada de manera constante es más común de lo que pensamos. Muchas personas atribuyen la obstrucción nasal a alergias, resfriados o cambios climáticos, sin embargo, cuando el problema se vuelve crónico, es importante considerar causas estructurales. Estas alteraciones en la anatomía nasal no solo afectan la respiración diaria, sino también la calidad del sueño, la concentración y hasta el rendimiento físico.

Identificar y tratar estas condiciones es fundamental para mejorar la salud y el bienestar general. Entre las más frecuentes se encuentran el tabique desviado, los cornetes hipertrofiados y el colapso de las válvulas nasales, problemas que pueden pasar desapercibidos durante años si no se consulta a un especialista.
Por qué la nariz puede estar tapada de forma constante
La obstrucción nasal crónica ocurre cuando el flujo de aire a través de las fosas nasales se ve limitado de manera continua. Si bien las alergias y las infecciones son causas comunes y temporales, las alteraciones estructurales suelen ser responsables cuando los síntomas se mantienen durante meses o incluso toda la vida.
Al no recibir suficiente aire por la nariz, muchas personas respiran por la boca, lo que puede provocar sequedad, ronquidos, fatiga diurna y mayor riesgo de infecciones respiratorias. Por eso, detectar la causa real es clave para elegir el tratamiento adecuado.
Tabique desviado
El tabique nasal es la pared que separa ambas fosas nasales. En condiciones normales debería estar centrado, pero en muchas personas se encuentra desviado hacia un lado, reduciendo el espacio por el que circula el aire. Este problema puede ser congénito o consecuencia de un traumatismo nasal, como caídas o golpes en la infancia.
Los síntomas más frecuentes del tabique desviado son:
- Nariz tapada de un solo lado o de ambos.
- Dificultad para respirar, especialmente de noche.
- Ronquidos o apnea del sueño.
- Dolores de cabeza o sensación de presión en la cara.
El tratamiento definitivo para un tabique desviado es la septoplastia, una cirugía que corrige la desviación y mejora de forma significativa el flujo de aire nasal.
Cornetes hipertrofiados
Los cornetes son estructuras internas de la nariz recubiertas de mucosa, cuya función es calentar, filtrar y humidificar el aire que respiramos. Cuando se inflaman o aumentan de tamaño —condición llamada hipertrofia de cornetes—, pueden obstruir el paso del aire. Esta situación suele empeorar con alergias, rinitis crónica o exposición continua a irritantes como polvo y humo.
Los síntomas incluyen:
- Congestión nasal permanente.
- Estornudos frecuentes.
- Goteo nasal constante.
- Empeoramiento de la obstrucción al acostarse.
El tratamiento puede ser médico, con antihistamínicos o corticoides nasales, pero en casos resistentes puede ser necesario un procedimiento quirúrgico como la reducción de cornetes, que disminuye su tamaño sin afectar su función.
Colapso de las válvulas nasales
Las válvulas nasales son pequeñas estructuras que regulan la entrada de aire. Cuando se debilitan o colapsan, la nariz se siente tapada incluso sin congestión visible. Esta condición puede deberse a factores congénitos, envejecimiento, cirugías previas o traumatismos.
Los síntomas característicos son:
- Sensación de obstrucción nasal constante.
- Dificultad para respirar al hacer ejercicio.
- Empeoramiento de los síntomas al inspirar profundamente.
El tratamiento suele requerir cirugía reconstructiva, donde se utilizan injertos de cartílago para reforzar las válvulas y mejorar la respiración.
Impacto de la obstrucción nasal crónica en la calidad de vida
Vivir con la nariz tapada no es solo una molestia. Puede tener consecuencias significativas en la salud general:
- Alteraciones del sueño: Apnea, ronquidos y despertares frecuentes.
- Fatiga diurna y falta de concentración: Por la mala calidad del descanso.
- Problemas cardiovasculares: Asociados a apnea del sueño no tratada.
- Infecciones recurrentes: Sinusitis y faringitis por respiración bucal.
- Problemas en la voz y el habla: La resonancia nasal se ve afectada.
La obstrucción nasal crónica limita la vida diaria y muchas veces se normaliza erróneamente, cuando en realidad tiene solución.
Diagnóstico de las causas estructurales
El diagnóstico debe realizarlo un especialista en otorrinolaringología, mediante:
- Historia clínica y exploración física.
- Rinoscopia anterior y endoscopia nasal para evaluar la anatomía.
- Estudios de imagen como tomografía computarizada en casos complejos.
Estas pruebas permiten identificar con precisión la causa estructural y definir el tratamiento más adecuado.

Tratamientos disponibles
Dependiendo de la causa, las opciones incluyen:
- Tratamiento médico: Descongestionantes, sprays de corticoides y antihistamínicos en casos leves o asociados a alergias.
- Cirugía septal (septoplastia): Para corregir desviaciones del tabique.
- Cirugía de reducción de cornetes: Para disminuir su tamaño cuando están hipertrofiados.
- Reconstrucción de válvulas nasales: Para casos de colapso que no mejoran con tratamientos médicos.
- Cirugías combinadas: Muchas veces se realiza septoplastia junto con reducción de cornetes para lograr mejores resultados.
Todas estas intervenciones buscan no solo mejorar la respiración, sino también la calidad de vida, el sueño y la salud general del paciente.
Prevención y hábitos que ayudan
Si bien las causas estructurales no siempre pueden prevenirse, existen hábitos que ayudan a mantener la salud nasal:
- Evitar exposición continua a irritantes como humo, polvo y químicos.
- Mantener un buen control de alergias y rinitis.
- Hidratar las vías respiratorias con lavados nasales de solución salina.
- Consultar al especialista tras un golpe fuerte en la nariz.
- Realizar chequeos preventivos en caso de ronquidos o problemas de sueño persistentes.
Tener la nariz tapada todo el tiempo no es normal y no siempre se debe a resfriados o alergias. Muchas veces, detrás de esta molestia crónica se esconden causas estructurales como el tabique desviado, los cornetes hipertrofiados o el colapso de las válvulas nasales. Identificar y tratar estos problemas no solo mejora la respiración, sino también la calidad del sueño, la concentración y la salud en general. Consultar a un otorrinolaringólogo es el primer paso para recuperar una respiración libre y saludable.
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