Dr. Juan Pablo Álvarez
Respirar por la boca puede parecer inofensivo, especialmente cuando ocurre de forma ocasional, como durante un resfriado. Sin embargo, cuando se convierte en un hábito crónico, puede tener efectos perjudiciales en la salud otorrinolaringológica, bucodental e incluso en el desarrollo facial y la calidad del sueño.
Muchas personas no son conscientes de que este patrón respiratorio puede ser una señal de que algo no anda bien en su sistema respiratorio, y que con el tiempo puede desencadenar una serie de complicaciones médicas y estructurales, particularmente en niños en etapa de desarrollo.
¿Por qué respiramos por la boca?
La respiración bucal crónica casi siempre es una respuesta a una obstrucción en las vías respiratorias superiores. Algunas de las causas más comunes incluyen:
- Congestión nasal crónica.
- Alergias respiratorias no tratadas.
- Desviación del tabique nasal.
- Pólipos nasales.
- Cornetes agrandados.
- Agrandamiento de adenoides (en niños).
- Infecciones sinusales recurrentes.
Cuando la nariz no permite una respiración adecuada, el cuerpo se adapta respirando por la boca para garantizar el flujo de aire. Sin embargo, esta adaptación interrumpe los procesos naturales de filtrado, humidificación y regulación del aire que ofrece la respiración nasal.
Impacto en la salud otorrinolaringológica
La nariz cumple funciones vitales que van mucho más allá de simplemente permitir la entrada de aire:
- Filtra partículas y alérgenos.
- Humidifica y calienta el aire.
- Contribuye a una correcta resonancia de la voz.
Cuando se respira por la boca, estas funciones se pierden, lo que puede ocasionar:
- Sequedad en la garganta.
- Irritación crónica de las vías respiratorias.
- Infecciones frecuentes.
- Ronquidos y apnea del sueño.
- Fatiga diurna por mala calidad del sueño.
En niños, la respiración bucal persistente puede generar trastornos respiratorios del sueño, que afectan directamente el rendimiento escolar, la concentración y el desarrollo físico y emocional.
Consecuencias en la salud bucal
Los efectos de la respiración por la boca también impactan de forma significativa la salud dental, especialmente en los más pequeños:
A corto plazo:
- Boca seca.
- Mal aliento.
- Mayor incidencia de caries y gingivitis.
A largo plazo:
- Mal desarrollo mandibular.
- Paladar estrecho.
- Mandíbula retraída.
- Dientes desalineados.
- Rostro alargado o desequilibrado.
Estos cambios son especialmente importantes durante la infancia, ya que el paladar forma parte del piso de la nariz, y su correcto desarrollo influye directamente en la amplitud de las vías respiratorias.

Desarrollo facial y respiración
En los niños, la respiración bucal no corregida puede alterar el crecimiento del rostro. Al no ejercerse la presión adecuada de la lengua contra el paladar durante la respiración nasal, las estructuras óseas se desarrollan de forma anómala. Esto puede derivar en:
- Sonrisa gingival.
- Mordida abierta o cruzada.
- Sobremordida profunda.
- Problemas de dicción y habla.
- Cambios estéticos notorios en la cara.
Los odontopediatras están capacitados para detectar estos signos a tiempo y proponer tratamientos interceptivos como la expansión del paladar o aparatos ortopédicos funcionales que corrigen el patrón de crecimiento.
Diagnóstico y tratamiento
¿Cuándo buscar ayuda?
- Si tu hijo duerme con la boca abierta o ronca.
- Si presenta ojeras constantes, fatiga o dificultades escolares.
- Si notas mal aliento, caries frecuentes o alteraciones en el desarrollo dental.
- Si tú mismo tienes congestión crónica o respiras por la boca al dormir.
Especialistas clave:
- Otorrinolaringólogo (ORL): Evalúa la anatomía de la nariz, senos paranasales y adenoides. Puede recomendar tratamientos médicos o quirúrgicos como la septoplastia o la adenoidectomía.
- Odontopediatra u ortodoncista: Identifica alteraciones del crecimiento facial o mandibular e implementa tratamientos de expansión o corrección estructural.
Opciones de tratamiento
El abordaje dependerá de la causa:
- Alergias respiratorias: Antihistamínicos, corticoides nasales, evitar alérgenos.
- Desviaciones estructurales: Cirugía nasal (como la septoplastia) o reducción de cornetes.
- Agrandamiento de adenoides: Tratamiento médico o adenoidectomía.
- Problemas dentofaciales: Expansores de paladar, ortodoncia interceptiva.
Además, es esencial trabajar en hábitos respiratorios saludables desde edades tempranas, eliminando el uso prolongado de chupetes, corrigiendo la postura oral, y fomentando la respiración nasal activa.
Respirar por la boca no es una simple costumbre, es un síntoma de que algo no está funcionando como debería. A largo plazo, puede tener consecuencias importantes en la salud respiratoria, dental y en el desarrollo facial, especialmente en la infancia.
Actuar a tiempo puede prevenir complicaciones y mejorar la calidad de vida. Si tú o tu hijo respiran por la boca de forma habitual, consulta con un especialista en otorrinolaringología y odontología infantil. La detección temprana y el tratamiento adecuado son clave para recuperar una respiración saludable y prevenir secuelas estructurales o funcionales.
Ya sea que tengas preguntas, necesites programar una cita o requieras más información sobre nuestros servicios, no dudes en ponerte en contacto con nosotros.
Encuentra a continuación nuestros datos de contacto para que puedas comunicarte con facilidad.
¡Estamos a tu disposición para brindarte el mejor cuidado y atención posible!
Citas al:
999 1070 398
Horario de Atención:
Lunes a Viernes de 9am a 7pm.
Sábado de 9am a 1pm
Dirección:
Hospital Christus Muguerza FARO del Mayab — Consultorio 611.